“El que buen vino bebe, a beberlo vuelve” (Refrán popular)
Si tuviésemos que ligar el vino a una estación del año esa sería, sin duda, el otoño. Época de vendimias, de unión con la tierra, de colores espectaculares, de recogimiento, de los primeros cocidos…el otoño invita a descorchar un buen vino para disfrutarlo en pareja, con amigos, en familia, en degustaciones o comidas de trabajo.
Desde Becogalia somos conscientes de ello y queremos ponéroslo fácil. Es por eso que os traemos cinco recomendaciones para esta época del año. Cinco vinos de cinco denominaciones de origen diferentes que os ofrecerán cinco propuestas perfectas para disfrutar este otoño. ¡Ahí van!
En una de las zonas más elevadas del Bierzo, el descubrimiento de cuatro huellas de oso dio nombre a un magnífico viñedo del que salen grandes vinos como este mencía que os sugerimos desde Becogalia como propuesta otoñal. Un tinto crianza, elaborado a partir de uvas seleccionadas de cepas de más de 60 años, con una intensidad media-alta donde destaca la fruta roja y las notas florales, con un fondo especiado de vainillas y notas torrefactas y minerales. Fresco y envolvente, es muy versátil en su maridaje, ya que acompaña perfectamente asados, estofados, caza menor, pastas, patés, quesos…
El tinto CM by Carlos Moro, de las Bodegas familiares Matarromera, es un tempranillo procedente de San Vicente de la Sonsierra (Rioja), de unos viñedos con entre 25 y 80 años situados en la zona de mayor altitud de la Sonsierra. Se trata de un vino con una muy buena valoración, elaborado con uvas frescas y elegantes, de intensidad alta. Posee un color picota intenso y brillante, una buena estructura y es muy sabroso con un largo retrogusto.
Las bodegas Luis Alegre, situadas en Laguardia, en pleno corazón de la Rioja Alavesa, llevan desde 1968 trabajando para hacer vinos con personalidad. Aplicándole continuos procesos de mejora, su crianza se ha posicionado entre los mejores de España en su rango. Con 90 por ciento de tempranillo, un 5 por ciento de graciano y otro 5 por ciento de garnacha, es un vino sedoso y potente, con matices minerales y un final largo y persistente.
En vista, color rojo picota. En nariz, recuerdos de frutos rojos frescos y notas balsámicas de hierbas de monte del bosque atlántico. En boca, presencia de fruta media, con ligereza y paso fácil. Con esta simple descripción, este mencía de las bodegas Valdesil, de Vilamartín de Valdeorras, se vuelve perfecto para combinar con platos otoñales y disfrutar de una buena mesa con una apuesta segura.
La centenaria bodega de Viña Cazoga, situada en el corazón de Amandi y gestionada hoy en día por la cuarta generación de una misma familia, produce este tinto crianza con un 95 por ciento de mencía y un 5 por ciento de tempranillo y garnacha de cepas centenarias. Su envejecido durante 6 meses en barricas de roble le aporta una intensidad en la que predominan sabores frutales y añejos.